Su pintura está inspirada en el ser humano y el inexorable paso del tiempo. En ella, aparecen pequeños personajes insertos en grandes espacios en estado de permanencia, en un recogimiento existencial.
Matilde Pérez es pionera del Arte Cinético en Chile y América Latina. Como mujer única, transgredió muchas de las convenciones de su tiempo para dedicarse a explorar el lenguaje pictórico.